DISCURSO PARA
DÍA DE LA EDUCACIÓN TÉCNICA
15 DE NOVIEMBRE
(Para los que me pidieron el discurso, muchas gracias por el reconocimiento)
Sr. Gobernador Dr Juan Manuel Urtubey, Sr. Ministro de Educación,
Ciencia y Tecnología .............. , Sr. Director de Educación Técnico- Profesional de la
Provincia de Salta .................., Sr. Director...................., Colegas, estudiantes, público en general
En estos últimos tiempos se ha escuchado que la educación
está en crisis, pero la educación técnica no solo ha estado en crisis en la última
década , sino que fue desmantelada como si se tratara de un golpe de escuelas
técnicas, claro, la educación técnica no era necesaria para un país
desindustrializado y proveedor de servicios.
Frente a esta situación, la educación tecnológica surgió
como una respuesta aparente de actualización del gobierno imperante que
implementó la Ley Federal de Educación, poniéndole fin a los talleres de las
EET.
Lo cierto es que la Educación tecnológica no dió respuesta a esta crisis aunque nos la
presentaron como una actualización de la formación de los estudiantes.
Me parece oportuno
recordar que una cosa es actualizar la educación técnica y otra diferente es
incorporar educación tecnológica a la formación general.
La educación
tecnológica busca el desarrollo de competencias generales que permitan lograr
una crítica y reflexiva adaptación entre el ciudadano y el mundo tecnológico
que lo espera en cualquier situación futura, sea laboral o no. Algo considerable
de estas competencias es el desempeño laboral, pero en un sentido similar al
que puede tener su formación en lengua, matemática o cualquier otra. Es una
formación que se propone en forma homogénea para todos los alumnos.
La educación técnica
pretende una formación para un tipo de trabajo específico. No plantea una
formación única para todos los estudiantes. Casi por propia definición debe
existir un menú con varias formaciones técnicas diferentes que no son
equivalentes entre sí.
Luego de establecer estas diferencias
quisiera manifestar que la Ley de Educación Técnica y Formación Profesional es una propuesta, promovida por el
Ministerio de Educación de la Nación, según argumentan los que pretenden mostrarnos una Argentina en
proceso de construcción, surgió del debate con autoridades provinciales,
representantes gremiales y empresariales, docentes y especialistas.
Pienso, desde una postura personal, que
es oportuno enfatizar por qué en este proyecto es imprescindible construir un
modelo de desarrollo basado en la capacidad de agregar valor a partir del
trabajo intelectual pero desde un saber técnico y no sólo tecnológico, como
pareciera mostrarnos el sistema educativo que actualmente rige para los
salteños.
En
este sentido, la recuperación económica de los últimos años encontró una
seria limitación en la falta de capacitación técnica de una parte importante de
la población. De esta manera, conviven una gran masa de desocupados sin
calificación suficiente y una demanda de trabajo especializado que no logra
cubrirse.
Para quienes creyeron que daba lo mismo
producir en el país que importar las cosas hechas, la formación técnica era
prescindible. Pero en un proyecto de país que privilegia el trabajo y la
igualdad, este tipo de educación resulta un pilar fundamental.
La educación argentina estuvo, a través
de su historia, asociada a diferentes estrategias de desarrollo. En el siglo
XIX, la escuela tuvo un fin político: fue la encargada de transmitir un
sentimiento de pertenencia a una comunidad formada principalmente por
inmigrantes, que venían de culturas diversas. En aquella etapa, la formación
para el trabajo no ocupó un papel central en la agenda educativa. El modelo
agroexportador y las rudimentarias industrias no exigían contar con
trabajadores calificados. Pero a partir de la crisis
del 30, la incipiente industria nacional necesitaba que los trabajadores
tuvieran una formación adecuada para incorporarse a los nuevos procesos
productivos. La educación técnica pasó a cumplir una función primordialmente
económica. En ese marco, se desarrollaron numerosas escuelas técnicas y, más
tarde, la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional impulsó
propuestas de formación para el trabajo industrial destinadas a quienes no
seguirían estudios formales.
Durante los años en que nuestro país
pareció haber renunciado a un modelo productivo propio, la educación técnica
sufrió un duro golpe. Sin embargo, los egresados de las escuelas técnicas como
la nuestra, “la 2, ENET Nº 2, mas conocida por todos como Técnica 2, para los
la amamos “la gloriosa” y de aquellas otras que mantuvieron su estructura
siguieron destacándose en el mundo del trabajo formal.
¿Por
qué? La exigencia permanente y el estímulo para articular teoría, práctica,
creatividad e idealismo implicaron y aun implican un gran esfuerzo por parte de
los alumnos, los maestros del taller y los docentes e ingenieros que hoy forman
parte de esta ilustre escuela técnica.
Hoy, la enseñanza técnica debe recuperar lo
mejor de esta noble tradición, adaptándonos a los desafíos del mundo actual.
Las
escuelas técnicas ya no son instancias de educación terminal. Nuestros jóvenes
necesitan trabajar, pero también continuar los estudios superiores.
Es imprescindible, junto con las
competencias técnicas, brindar una sólida formación académica general, que
posibilite la continuidad de los estudios. Al mismo tiempo, la nueva educación
técnica debe alentar el desarrollo de capacidades críticas que permitan a los
jóvenes participar en la transformación de la sociedad salteña.
Pienso,
que no
deben ser pensadas para responder a las necesidades puntuales del mercado de
trabajo, ya que ellas se modifican cotidianamente. En este sentido, deben
adquirir competencias que están más allá de los cambios que pudieran
sobrevenir: aprender a aprender, aprender a trabajar en equipo, aprender a comprender
la lógica del proceso productivo, aprender a tomar decisiones, a crear e
innovar, siempre buscando la seguridad en lo aprendido.
Yo quiero aportar, porque siempre es bueno aportar
reflexión y pensamiento y preguntarles a todos y cada uno de los que integran
esta escuela, más allá de que algunos me dicen que tengo "una fuerte carga
ideológica y de sentimiento por la técnica 2". ¿Qué perfil de técnicos es
el que buscamos para nuestros estudiantes? Bueno, uno puede ser de la Técnica
2, u otra, pero en esta escuela hay que tratar de ser lo más sensato y racional
posible.
Yo me preguntaba cuando escuchaba a algún político
¿porqué utiliza el término obrero cuándo hacen referencia a la educación
técnica?, y permítanme que les explique colegas, estudiantes y padres, que un
obrero (y no es mi intención herir los sentimientos de algunos que lo son) es
aquel que ha aprendido el oficio de tanto mirar sin pensar, lo aprendió
mecánicamente, y quien siempre vivirá de una manera dependiente; en cambio un
técnico, al igual que un ingeniero es un profesional que está preparado para
ejercer el derecho a la adquisición de una matrícula para desenvolverse por la
formación técnica e intelectual en un ámbito de dependencia, pero en el mejor
de los casos de una manera autónoma.
Pienso que el objetivo de nuestra
escuela debe fundamentarse en muchos desafíos pero hay uno que pondera mi sentido y es formar no
sólo técnicos, sino técnicos emprendedores. Muchos de nuestros jóvenes no
tendrán un puesto de trabajo esperándolos cuando se reciban, deberán crearlo
ellos mismos. Es imprescindible que nuestra escuela estimule la capacidad de
gestionar, de emprender, de crear cooperativas, de asociarse.
Los técnicos y profesionales necesitan
estar capacitados no sólo para insertarse en una empresa sino también para
conducir sus propias iniciativas con seguridad, llevar adelante ideas que
promuevan la tan mentada justicia social.
Muchas veces se ha dicho que un modelo
de país se define a través de su sistema educativo, yo le agrego que nuestro país
se definirá con el modelo de educación técnica responsable. Una educación técnica
con docentes y directivos con un marcado perfil y gestión de un TECNICO. Actualmente,
es lógico que alguien que no es técnico en una institución técnica busque
denodadamente el poder, como me tocó observarlo….., pero nada es definitivo, ni
antes, ni ahora, ni después.
Por eso, confío que daremos un paso
importante para avanzar hacia una sociedad en la que la capacidad, el trabajo
digno y el esfuerzo vuelvan a ser los sustentos de una movilidad social
ascendente que permita construir una sociedad más productiva y justa.
Estoy segura que mis colegas, yo prefiero decirles “mis
profesores” - porque no dejarán de serlo- están esperando que nosotros los
jóvenes de hoy demos el paso que ellos dieron hace mucho tiempo. Muchas Gracias
por escuchar estas palabras.
LIC.
MERCEDES SANCHEZ
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